YA ACABÉ MIS ESTUDIOS, QUIERO BUSCAR NUEVAS OPORTUNIDADES, HE PERDIDO MI EMPLEO DURANTE EL COVID-19 Y AHORA… ¿QUE PUEDO HACER?
Este año está siendo muy difícil; muy difícil para las personas que han sufrido la enfermedad en toda su magnitud; muy difícil para la sociedad que está teniendo que dar lo mejor de si misma para reponerse, mientras llora a los que no están; muy difícil para las empresas que se enfrentan a situaciones de cambio en las reglas de mercado y comportamientos del consumidor para las que no estaban preparadas; muy difícil para los trabajadores que están viendo cómo sus puestos de trabajo están en duda y por supuesto, muy difícil para los que se incorporan por primera vez al mundo laboral lleno de incertidumbres.
Todos los procesos de las empresas, incluidos los relacionados con selección de personal están parados o se están alargando en el tiempo. Se enfrentan a una disyuntiva importante, por un lado, las empresas no saben cuáles van a ser las reglas del juego de la nueva situación tras el coronavirus, por otro, quieren estar posicionadas correctamente y aprovechar el momento disruptivo para transformar y mejorar sus procesos. Quieren volver lo más pronto posible a la “nueva normalidad”, pero mejor preparadas, más fuertes y, para ello necesitarán incorporar a personas realmente valiosas.
En esta situación, aquellos que se quieran incorporar al mundo laboral deberán tener paciencia activa: tendrá que estar totalmente preparados para ese momento en el cual las empresas vuelvan a poner en marcha todos sus mecanismos de incorporación y así recuperar el tiempo perdido lo más rápido posible.
En selección existen una máxima cuando se contratan perfiles junior, perfiles sin o con muy poca experiencia:
“si no se tiene experiencia, se deben demostrar conocimientos,
tener una mano amiga y muchas ganas… o mucha suerte”.
Si quieres dejar tu carrera en manos de la suerte, no continúes leyendo, lo que viene a continuación no es para ti, pero si quieres dirigir tu destino profesional, vamos a profundizar en cada uno de esos puntos.
Sigue perfeccionando tus CONOCIMIENTOS. Por desgracia, que tengas un título no te va a abrir las puertas, eso pasaba en tiempos de vuestros abuelos. En tiempos de vuestros padres, en mis tiempos, los idiomas marcaban la diferencia y ahora son los conocimientos en temas concretos (sobre todo, los relacionados con la tecnología) los que va a hacerte atractivo en el mercado laboral.
Cuando un reclutador, como yo, busca un profesional, siempre lo busca con un nombre (una titulación) y un apellido (una especialización, unos conocimientos concretos), por ejemplo, si busco una Ingeniera Informática (nombre) la busco con conocimientos de Python (apellido), si busco una persona con un Grado de Publicidad y Marketing (nombre), lo buscas con conocimientos de Marketing Digital y Redes Sociales (apellido), si busco un Licenciado en Psicología (nombre) lo busco con conocimientos en el módulo Recruiter de LinkedIn (apellido), si busco un Cocinero (nombre), lo busco especializado en Cocina Oriental (apellido).
Especialízate lo máximo posible, sigue formándote y adquiriendo ese plus, ese apellido que te hará ser muy empleable. Formaciones regladas a través de Escuelas de Negocio o Asociaciones Profesionales, o no regladas a través de Plataformas on-line, LinkedIn Learning o incluso la autoformación, usando Youtube y siguiendo a los expertos, te ayudarán a destacar entre los demás candidatos y a demostrar que tu apuestas fuertemente por tu profesión, por convertirte, no en un Graduado, no en un Licenciado sino en un Especialista, un Profesional con Nombre y Apellido.
Pero hoy en día, con el nivel de exposición que existe, no basta con tener los conocimientos, además, debes tener una imagen a la altura del profesional que quieres ser. No es solo cuestión de saber, es cuestión de DEMOSTRAR.
Alguna vez me ha pasado que he seleccionado a una persona para un puesto y, tiempo después, nos hemos enterado de que tenía un plus que no habíamos visto durante el proceso de selección. En una empresa para la que trabajaba, seleccionamos a una persona para un puesto técnico relacionado con la telefonía. Meses después, nos enteramos de que esta persona era uno de los mejores “beta-tester” de tecnología de España. Tenía un blog, escrito con seudónimo, que seguían varios miles de personas. La moraleja de la historia es que su nivel en la Organización, su puesto, podría haber sido mucho mejor si hubiera “vendido” ese plus, ese apellido que llevaba añadido al nombre de su profesión. Esto hubiera sido ventajoso tanto para el candidato como para la Empresa que lo contrata.
Así pues, hoy las redes sociales (y en el mundo laboral, LinkedIn) utilizadas con criterio y profesionalidad, son una ventaja competitiva a la hora de encontrar trabajo, porque te permite vender tu profesionalidad, tus conocimientos y habilidades, de una forma abierta y pública. Todo lo que trabajes aquí te vendrá genial para enfrentarte a los procesos de selección, a las entrevistas de trabajo. Un truco, debes saber siempre proyectar quién eres y quién te gustaría ser, con un discurso, con unos mensajes claros y convincentes que utilizarás en cualquier lugar y proceso.
Las preguntas que cualquier profesional se tiene que hacer relacionadas con LinkedIn son:
¿Está mi actuación en LinkedIn al nivel que se espera de quién quiero ser profesionalmente?
Si alguien revisara mi actuación en LinkedIn, ¿diría que corresponde a un profesional de éxito en mi “negocio”?
Fíjate que hablo de quién quieres ser profesionalmente, no de lo que eres ahora. Hablo de un profesional de éxito, no de alguien que está empezando y que por supuesto, tiene una experiencia muy limitada. Tu actuación en LinkedIn no debe estar a la altura de un becario o de un junior, debe estar a la altura de un profesional con nombre y apellido.
Y cuando hablo de tu actuación en LinkedIn hablo de tres temas:
- Un Perfil que llame la atención y donde indique de una forma “creativa”, “ligada a una historia” en lo que te has preparado, en lo que te has formado y lo que estás haciendo para ser un profesional de éxito. Un perfil donde cada experiencia que tengas, por pequeña que sea, esté tratada con cariño y respeto, con mimo.
- Una actividad, unas aportaciones de contenido que te hagan destacar como una persona con un expertise por encima de la media.
- Una red de contactos de “calidad” relacionada con tu profesión y con tu actividad. Por mi experiencia, muchos profesionales buscan tener un perfil 10 e incluso contratan a expertos que les ayudan a hacerlo. Eso está genial, pero solo es un 30% del potencial que ofrece LinkedIn. Es en la red de contactos y en tu interacción con ellos, en tus aportaciones de contenido, donde está la gran diferencia y donde está gran parte del trabajo y el esfuerzo que debes hacer en LinkedIn.
Y gracias al uso de las redes sociales, además de tus contactos en el mundo físico, podrás conseguir aquello que, desde mi punto de vista, te va a ayudar más en tu carrera profesional, que te va a ofrecer su MANO AMIGA, los mentores.
Un mentor es una persona que ya es un referente profesional en el sector donde tu quieres destacar, es la persona que “tu querrías ser “ dentro de unos años. Si has tenido la suerte de encontrarlos en el mundo offline, en tu formación, en las escuelas de negocio, en tu familia o en tu círculo de conocidos, ¡Enhorabuena! Si no es así, utiliza LinkedIn para, con educación y cierta dosis de atrevimiento, establecer una relación con esas personas que están donde te gustaría estar, en el puesto de trabajo, en la empresa para la que tu quisieras trabajar.
No les pidas trabajo, pídeles poco a poco consejo y valora y escucha sus respuestas. No son críticas, son mejoras y como tales las debes tomar. Escucha lo que tengan que decir sobre tu perfil, sobre dónde encontrar trabajo, sobre cómo solventar las dificultades del principio, sobre qué haría ellos si estuvieran en tu situación con lo que saben ahora…
Estas personas estarán encantadas, poco a poco se sentirán referentes para ti y eso es maravilloso. No te sientas mal por pedir ayuda, en esta relación no solo tu ganarás, todos estamos preparados y a la mayoría nos encanta ayudar a los demás de una forma libre y sin compromiso. Nos encanta pensar que nos hubiera gustado mucho que alguien hubiera hecho eso mismo con nosotros o, si lo hicieron, nos sentimos en deuda. Querremos ayudarte, porque recordaremos nuestras dudas, nuestra lucha, nuestro tesón y lo vemos reflejado en ti. Aprovéchate de esa maravillosa característica que tiene el ser humano.
Y si has llegado hasta aquí, te preguntarás, ¿Qué pasa con las ganas de las que hablabas al principio?, porque solamente has hablado del conocimiento, de demostrarlo y de la mano amiga… Pues las GANAS ya las estás demostrando:
- Estás formándote y preparándote hasta llegar al nivel de especialista en temas que son muy buscados en el mercado.
- Estás demostrando a través de las redes, que no eres un estudiante que acaba de finalizar sus estudios, que eres un profesional con nombre y apellido, con un discurso y unos mensajes claros y poderosos.
- Estás siguiendo los consejos de contactos valiosos en un sector donde tu quieres brillar…
¡Más ganas que estas no se pueden demostrar!
Si es así, si trabajas en tu valía como un profesional excelente que eres y quieres ser, si tienes una marca profesional fuerte y cargada de valores que demuestra quién y porqué eres lo que eres, ¡Felicidades! A la primera oportunidad que se te presente, el puesto trabajo será tuyo. Y, si lo haces bien, tendrás la carrera profesional que te mereces y sueñas, ¡una carrera profesional a tu altura!
… incluso en el peor de los momentos.
Autor: Gregorio López Mérida
Responsable de Recursos Humanos